11 may 2011

Tres hechos remarcables en el mundo islàmico

Libia, Siria y Al Qaeda




11-mayo-2011, 10:56 AM (hora de Buenos Aires)

Ya que las cosas en el mundo árabe parecen no resolverse nunca, es una buena oportunidad para indagar en el oráculo, y ver si aparece alguna pista certera sobre el futuro.
Esta nota está dividida en varias partes. Esta primera parte contiene una más o menos extensa reflexión para situarnos en tema. Las siguientes partes corresponden a la consulta al oráculo.

Reflexión

Si bien hubiera sido más espectacular predecir hechos concretos como la “Primavera Árabe” o la muerte de Osama Bin Laden, quizá convenga andar un camino humilde, aceptando que aún con el oráculo más certero del mundo a mano, los hechos más interesantes se pueden escabullir de los pronósticos, por la sencilla razón de que uno no hizo pregunta alguna al oráculo.
Es como aquel hombre que rogaba a Dios ganar la lotería y nunca recordaba comprar el billete.

Hoy día parecen clamar importancia y atención tres hechos del acontecer internacional.
Coincidentemente esos tres hechos se relacionan al mundo musulmán

  • El primero de ellos es la persistente guerra en Libia, en que participan el líder Kaddafi luchando por sostenerse en el poder, la oposición rebelde que quiere la caída del antiguo dictador, la OTAN dando apoyo bélico a los rebeldes, la ONU dando asistencia humanitaria y sostén legal a la intromisión de la OTAN, países como Rusia y China que no aprueban la intervención militar extranjera, aunque no dejan muy claro hasta dónde les simpatiza Kaddafi, y otros países que opinan a través de sus líderes.

    Esta guerra, recordemos, comenzó dentro del contexto de la Primavera Árabe, un fenómeno de revueltas en los países de Oriente Medio y Norte de África, producidas básicamente por la inconformodidad de los jóvenes con sus gobiernos, y el hartazgo ante regímenes no democráticos que son o corruptos o represivos, y que están hace décadas en el poder.

    Lo que nació en Túnez casi de casualidad, fue “aprovechado” para incitar revueltas en los países aledaños, remarcablemente Egipto. La “ola del momento”. Cuando estas revueltas llegaron a Libia, el líder de ese país, Kaddafi, se resistió férreamente a dejarse caer por esta ola revolucionaria, y aún hoy persiste en el poder, a pesar de la durísima presión internacional (bloqueos económicos y militares).

  • Segundo hecho: el país musulmán que sigue en la lista es Siria, gobernado actualmente por Assad, quien detenta un poder extremadamente sólido, y a quien los militares obedecen sin dudar. Ha habido alzamientos rebeldes también en Siria, aún sabiendo el riesgo mortal que esto conlleva, y con gran valentía han muerto cientos de personas debido a la represión del gobierno. Muchos otros han sido encarcelados.

    Tímidamente la ONU ha intentado intervenir, pero las cosas aún están muy tibias en relación a Siria. A mí se me ocurren motivos muy concretos. Si la OTAN ataca Siria comenzará una guerra abierta contra un país fuertemente armado, y que muy posiblemente obtenga el apoyo de otros países o poderes árabes. El riesgo de escalada militar se vuelve imprevisible. “Meterse” ahí no será fácil. Además, las fuerzas occidentales, sobretodo Estados Unidos, están asumiendo gastos militares enormes en otros países musulmanes: Afganistán, Irak y Libia. Agregar el “problema” de Siria sería muy costoso económicamente y arriesgado para la seguridad nacional de Estados Unidos, y la seguridad del mundo entero.

    No obstante, la ONU ha dictado sanciones econónicas contra funcionarios sirios. Las cosas van más lento en este caso, pero se está siguiendo un patrón similar a como se actuó en Egipto y Libia. No obstante, se perciben mayores recaudos.

  • El tercer acontecimiento “llamativo” ha sido, claro está, la muerte del líder terrorista Osama Bin Laden. Ningún vidente u oráculo ha sido capaz de preverlo. Desde el punto de vista de la historia del mundo, lo que importa de este hecho son las “consecuencias”. ¿Se tomarán revancha los militantes de Al Qaeda contra los estadounidenses, los occidentales, los cristianos, los demócratas, los capitalistas, los que defienden la igualdad de géneros, etc.?
Atrás quedaron las escaramuzas entre las Coreas del año pasado.
Hoy en día todo parece girar en torno a los países musulmanes.

Hechos que parecen casuales se mezclan con otros no tan casuales, y cada vez se ve más claro que el foco de atención está puesto allí, en Medio Oriente. Es una relación obsesiva de Estados Unidos y sus aliados con respecto a los países islámicos.
Uno diría que casi no se ve o piensa en otra cosa que esta lucha occidente-islam, como que los coqueteos están llegando a su fin, y es momento para un encuentro directo y abierto: una guerra. No quiero ser pájaro de mal agüero, tampoco estoy usando oráculos para hacer este pronóstico. Sólo estoy haciendo una especie de “psicoanálisis” de la situación.
Cuando “alguien” se obsesiona con algo, termina dando mayor fuerza a ese “algo”, lo legitima, lo endurece, al punto de generar una dinámica de antagonismos claros y directos.

Si la obsesión inicial no existiera, el antagonismo quizá nunca se hubiera formado.
No ser conciente de esto es síntoma de inmadurez.
Y como los tontos no existen, infiero que este antagonismo con el Islam es intencional.
En tal caso, se está buscando un enfrentamiento, mejor dicho, legitimar una guerra.
Más allá de las intenciones de dicha guerra (digamos, quedarse con los recursos minerales de Medio Oriente), hay que saber que los riesgos de una hecatombe mundial son muy grandes.

Hay multitud de escenarios imprevistos, y hoy en día las guerras a gran escala son algo que no puede uno darse el lujo de iniciar. El peligro de desastre mundial es enorme Este tipo de consideraciones están ya hechas en forma oficial en ciertas cartas, manifiestos o resoluciones de la ONU y entidades similares que dictan leyes de carácter internacional, convenciones sobre los crímenes de guerra, etc.

Mi conclusión, por ahora, es que Estados Unidos está llevando intencionalmente al mundo entero a una guerra contra el mundo islámico, que esta guerra será inevitable y el riesgo de desastre planetario es enorme. Son los preludios de una Tercera Guerra mundial, que se muere de ganas de empezar de una vez.
Las guerras suelen ser algo muy divertido que ver en televisión, pero lo que se avecina nos afectará a todos.

Bien. Este fue mi análisis de “contexto”, por decirlo así.
Es a partir de este contexto que indagaré las respuestas del oráculo, a ver qué depara el destino.